La arquitectura del pasado resiste el poder de los grandes bloques de edificios de la modernidad y resguarda en cómodo hueco a quien, entre el trajín del tráfico aprovecha el saber de la lengua impresa.
hasta puede recibir un susto.
La arquitectura del pasado resiste el poder de los grandes bloques de edificios de la modernidad y resguarda en cómodo hueco a quien, entre el trajín del tráfico aprovecha el saber de la lengua impresa.
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